miércoles, 15 de febrero de 2012

lunes, 6 de febrero de 2012

DOS MISTERIOS DE GOZO.

Como dijimos anteriormente la FE, te lleva al estado más elevado de certeza, el SER o CRISTO. El Camino de Jesús te saca del sometimiento causa-efecto (porque te sales de la lógica... ya no hay nada imposible... Dios llega a tí... por la FE... no llegas tu a Él por la meditación) y te hace libre. Jesús te "convierte" en LIBERADO. Meditando,ya sabes que no sales de la rueda de la vida, como explicamos... aunque puedes lograr otras grandes cosas, pero DIOS no está sometido a nada... en fin son todo conceptos, así que es vanal andar explicando. Para recibir, hay que ponerse delante de Uno que sepa y que te hable de como lo puedes experimentar por tí mismo.

Nos paramos hoy en un par de observaciones del CAMINO DE CRISTO.

De los cinco misterios que se rezan en el culto católico los lunes y sábados, recordando la parte del Nuevo Testamento donde se menciona el anunciamiento a María, nacimiento y otros sucesos significativos de la niñez de Jesús, vamos a destacar brevemente la lectura de los dos últimos, por ser los menos escudriñados, o así me lo parece. Y por ello propondremos dos simple explicaciones que les valdrán a aquellos que pongan intenciones en cada rezo de estos misterios.

Lo primero que tenemos que decir es que podemos disfrutar de un privilegio que no tuvieron los antiguos cristianos o seguidores del Dios de Abraham y es que nosotros si podemos estudiar las Palabras del Hijo de Dios y ellos habrían dado su vida por ello (Mateo 13,17). 

Se trata de:

4º Misterio: LA PRESENTACIÓN DE JESÚS AL TEMPLO
Evangelio según San Lucas (Lc 2,22-35).

"Cuando se cumplieron los días de la purificación prescrita por la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como prescribe la ley del Señor: Todo primogénito varón será consagrado al Señor. Ofrecieron también en sacrificio, como dice la ley del Señor, un par de tórtolas o dos pichones.
Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y piadoso, que esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías enviado por el Señor. Vino, pues, al templo, movido por el Espíritu y, cuando sus padres entraban con el niño Jesús para cumplir lo que mandaba la ley, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo:
“Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar que tu siervo muera en paz. Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos, como luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”."
 
Propongo la siguiente intención:
Imitar a María, que ya cumplía con las costumbres y preceptos de su Iglesia, apoyándola, acrecentándola y sometiéndose al orden de las cosas del Señor, y eso que siendo La Madre, es mayor que la propia Iglesia.

Y para ir al Templo como lo hacía Simeón; movidos por el Espíritu Santo; con paciencia; esperanza; y encontrando el consuelo en las promesas del Señor, que hoy se revelan en los Evangelios. Imitemos esa esperanza viva, para poder ver al Señor, como lo pudo ver Simeón.


5º Misterio: JESÚS, PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO
Evangelio según San Lucas (Lc 2,41-52).

"Los padres de Jesús iban cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron a celebrar la fiesta, según la costumbre. Terminada la fiesta, cuando regresaban, el niño Jesús se quedó en Jerusalen, sin
saberlo sus padres. Estos creían que iba en la comitiva, y al terminar la primera jornada lo buscaron entre los parientes y conocidos. Al no hallarlo, volvieron a Jerusalén en su busca.
Al cabo de tres días, lo encontraron en el templo sentado en medio de los doctores, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que lo oían estaban sorprendidos de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, se quedaron perplejos y su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado angustiados.  Él les contestó: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo he de ocuparme de los asuntos de mi Padre?".
Pero ellos no comprendieron lo que les decía. Bajó con ellos a Nazaret, donde vivió bajo su tutela obedeciéndoles. Su madre guardaba todos estos recuerdos en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en aprecio, ante Dios y ante los hombres."

Intención Propuesta:
Que pongamos atención en nuestros quehaceres diarios, para no perder de vista al Señor. Y que en los momentos en los que nos separamos de Él, regresemos al lugar donde El siempre está esperándonos PRESENTE, que es el Templo; bien físico o bien del corazón pues en ambos está el sagrario.