Aunque no fué el primer milagro, ni la primera anécdota, era imposible comenzar por algo distinto a algo que ya es un clásico. Hubo varios testigos de como una cucaracha aplastada y desmembranada fué recomponiendo su cuerpo por el Poder del Espiritu Santo, saliendo por patas más viva de lo que estaba. Los pedacitos se fueron juntando volviendo a su pristina originalidad.
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